La visión

GLAUCOMA

El glaucoma es una enfermedad que afecta el nervio óptico, que es la parte del ojo que conduce las imágenes que vemos hacia el cerebro. El nervio óptico está formado por muchas fibras nerviosas, como un cable de electricidad que contiene muchos filamentos.


Cuando aumenta la presión en el interior del ojo, pueden dañarse algunas fibras del nervio óptico, provocando la aparición de puntos ciegos. Estos puntos borrosos habitualmente no se detectan hasta que el daño al nervio óptico es significativo. Si la destrucción del nervio óptico es completa, se produce ceguera.


La detección y el tratamiento precoces por parte del oftalmólogo son las claves para prevenir el daño al nervio óptico y la ceguera provocados por el glaucoma.

Por el interior del ojo circula un líquido, encargado de la nutrición de las estructuras internas del ojo. Este líquido cumple una función similar a la sangre, pero tiene la ventaja de que al ser totalmente transparente, permite que la luz pase a su través, permitiendo al ojo cumplir la misión para lo que ha sido diseñado. Este líquido, denominado humor acuoso, tiene un sistema de producción y otro de evacuación. El perfecto equilibrio entre estos dos sistemas, permite mantener prácticamente constante la presión intraocular. Si como consecuencia de algún fallo en estos mecanismos, entra mas liquido del que puede salir del ojo, la presión se eleva y el nervio óptico comienza a dañarse.

No todos los glaucomas son iguales. Aunque los oftalmólogos son capaces de diagnosticar varias decenas de glaucomas diferentes, desde el punto de vista práctico, vamos a distinguir entre unos pocos que son los mas frecuentes:


  1. Glaucoma congénito: Se produce como consecuencia de un desarrollo defectuoso de las vías de salida del humor acuoso. En las primeras semanas o meses de vida, el niño va a presentar lagrimeo y fotofobia (no es capaz de mantener los ojos abiertos cuando hay luz). La córnea va perdiendo transparencia y se ve blanquecina. Simultáneamente, el ojo, como consecuencia del aumento de presión en su interior, va aumentando de tamaño. Hay que tener especial cuidado con los niños que tienen los ojos mucho mas grandes que el resto de los niños de su misma edad, especialmente si les molesta mucho la luz.
  2. Glaucoma crónico de ángulo abierto: Es el mas frecuente de todos los glaucomas pues supone aproximadamente las ¾ partes de los que se diagnostican. Se produce por el deterioro progresivo del sistema de eliminación del humor acuoso, que de una forma natural se produce con la edad, pero en este caso se exagera hasta perder la capacidad de mantener una cifra normal de presión intraocular. La enfermedad se presenta de una forma muy lenta sin producir síntomas que la persona que lo sufre, sea capaz de detectar.
  3. Glaucoma agudo o de ángulo cerrado: Esta forma de glaucoma, la más conocida por presentarse bruscamente con gran dolor y brusca disminución de la visión, visión de halos coloreados alrededor de las luces, e incluso sensación de nauseas, vómitos, etc.. Se produce por el cierre brusco de las vías de eliminación del humor acuoso, como consecuencia de que por la forma especial del ojo de estas personas, el ángulo a través del cual se ha de eliminar este líquido, es excesivamente estrecho y, es posible, que en determinadas circunstancias, las paredes de este ángulo se pongan en contacto, obstruyendo por completo el paso. Esto trae como consecuencia la rapidísima elevación de la presión y el intensísimo dolo (dolor de clavo).

Así denominamos a las personas que poseen uno o varios factores que predisponen a padecer la enfermedad. Los mas importantes son los siguientes:


  1. Antecedentes familiares de glaucoma
  2. Edad. Más frecuente en personas de edad avanzada
  3. Miopía
  4. Diabetes
  5. Tratamientos prologados con corticosteroides
  6. Diabetes
  7. Enfermedades cardiovasculares
  8. Traumatismos o intervenciones quirúrgicas oculares

Las personas que están en alguna de estas circunstancias, deben realizar una revisión oftalmologica anual. Si concurren varios de estos factores, es posible que las revisiones deban ser a mas corto plazo.

Las revisiones oftalmológicas periódicas que habitualmente se realizan con carácter anual para la detección del glaucoma, incluyen las siguientes exploraciones:


  1. Tonometría o medida de la presión intraocular.
  2. Oftalmoscopía o exploración del fondo de ojo, para comprobar si existe algún tipo de daño en el nervio óptico.
  3. Gonioscopía para comprobar, en caso de sospecha de glaucoma, a que tipo pertenece.
  4. Campimetría o exploración del campo visual. Esta prueba no se realiza rutinariamente, es imprescindible para confirmar el diagnóstico y establecer el tratamiento adecuado por eso se realiza cuando la tonometría o la oftalmoscopía, le hacen al oftalmólogo sospechar que la enfermedad esta ya en su fase inicial o tiene serias dudas y necesita confirmar el diagnóstico.

Las posibilidades del tratamiento son mayores cuanto mas precozmente se realiza el diagnóstico, de ahí la importancia de las revisiones periódicas por ser una enfermedad que al ser asintomática, nuestra única oportunidad de descubrirla en fases iniciales es insistir en este punto.

El tratamiento tiene como objetivo conservar la visión y el campo visual tal y como estaban en el momento del diagnóstico, pues hoy es imposible la regeneración de las fibras del nervio óptico que ya estaban atrofiadas.

La progresión del daño al nervio óptico, se evita manteniendo la presión intraocular en cifras normales.

Cuando el oftalmólogo realiza el diagnóstico, va a optar por el tratamiento médico o quirúrgico, dependiendo por una parte del tipo de glaucoma (hay algunos glaucomas que únicamente responden al tratamiento quirúrgico, el congénito por ejemplo) y por otra de la situación de mayor o menor gravedad en el momento del diagnóstico.


  1. Tratamiento médico:
    En los casos mas leves, es muy probable que la enfermedad se mantenga bajo control con la utilización de colirios hipotensores oculares. Estos colirios se han de aplicar una o varias veces al día, según prescripción del oftalmólogo y se deben mantener indefinidamente. Los colirios pueden producir reacciones adversas, locales o generales que deben ser comunicadas de inmediato al oftalmólogo para que proceda a modificar el tratamiento de modo que estos efectos adversos sean mínimos.

  2. Tratamiento quirúrgico:
    Existen dos modalidades de cirugía, la realizada con láser y la intervención quirúrgica propiamente dicha.

    1. Tratamiento láser: En el glaucoma crónico, el láser aplicado en la zona que se encuentra obstruida e impide el paso del humor acuoso, permite mejorar la salida de este, disminuyendo de este modo la presión intraocular. La técnica denominada Trabeculoplastía, es muy útil en los pacientes que no toleran la medicación o que nos vemos obligados a suprimirla por los efectos colaterales. También se recomienda en aquellos pacientes que a pesar del tratamiento médico, no conseguimos mantener su presión intraocular en los límites de la normalidad.

      Las posibilidades del tratamiento láser son limitadas, por una parte es poco eficaz en los jóvenes y en los casos graves, su acción suele ser insuficiente.

      En el glaucoma agudo, la aplicación de láser para realizar un orificio en el iris que comunica las cámaras anterior y posterior del ojo, tiene una gran efectividad. Este procedimiento que se conoce por Iridotomía, debe hacerse en los dos ojos cuando se produce un ataque de glaucoma agudo en uno de ellos. También se recomienda como medida preventiva, en los pacientes que presentan uno o varios factores de riesgo para padecer un glaucoma de este tipo.

    2. Trabeculectomía: Es la técnica quirúrgica de elección para aquellos casos diagnosticados en fases muy avanzadas o cuando se ha fracasado con el tratamiento médico o la cirugía láser. La operación consiste en la creación de una nueva vía de salida para que el humor acuoso abandone por ella el globo ocular y se mantenga así la presión en límites normales.

Las revisiones oftalmológicas periódicas que habitualmente se realizan con carácter anual para la detección del glaucoma, incluyen las siguientes exploraciones:


  1. Tonometría o medida de la presión intraocular.
  2. Oftalmoscopía o exploración del fondo de ojo, para comprobar si existe algún tipo de daño en el nervio óptico.
  3. Gonioscopía para comprobar, en caso de sospecha de glaucoma, a que tipo pertenece.
  4. Campimetría o exploración del campo visual. Esta prueba no se realiza rutinariamente, es imprescindible para confirmar el diagnóstico y establecer el tratamiento adecuado por eso se realiza cuando la tonometría o la oftalmoscopía, le hacen al oftalmólogo sospechar que la enfermedad esta ya en su fase inicial o tiene serias dudas y necesita confirmar el diagnóstico.
CATARATA

En el ojo existen unas lentes encargadas de enfocar las imágenes del exterior sobre la retina. Éstas son, en primer término, la córnea, que es la más potente y la más externa. Ya en el interior del ojo, y situado detrás del iris, se encuentra la segunda lente llamada cristalino. Esta lente se encarga hasta los 50 años aproximadamente, de variar el enfoque para poder ver nítidos objetos situados a distintas distancias.

La causa más frecuente de formación de cataratas está relacionada con el envejecimiento natural del ojo. Sin embargo, hay algunos factores que pueden precipitar ó inducir la formación de Cataratas:

  1. Herencia: Existe una predisposición familiar a la aparición de cataratas.
  2. Lesiones en los ojos, tales como traumatismos ó infecciones graves.
  3. Enfermedades Generales, tales como la Diabetes.


En la evolución normal del cristalino, este puede volverse duro con pérdida de su transparencia normal, serian las llamadas CATARATAS SENILES. Son las más frecuentes, y pueden aparecer ya a partir de los 40 años.

Traumatismos sobre los ojos pueden desencadenar la formación de cataratas. Su aparición no depende de la edad y su desarrollo suele ser muy rápido. Serian las CATARATAS TRAUMÁTICAS.

Algunas infecciones, medicamentos, ó enfermedades como la Diabetes pueden provocar la formación de las llamadas CATARATAS SECUNDARIAS.

En los niños se pueden desarrollar también Cataratas. Estas suelen tener un período de desarrollo muy rápido. Su causa suele ser por alguna infección ó inflamación durante el embarazo. Este tipo de cataratas se denominan CATARATAS CONGÉNITAS.

Aunque los síntomas de las cataratas pueden variar de un paciente a otro, sobre todo por la localización o rapidez de su formación, algunos síntomas frecuentes son.

  1. La visión se vuelve borrosa, similar a la presencia de una ligera niebla o como mirar a través de un cristal empañado, y en cualquier caso, sin dolor.
  2. Deslumbramiento o aumento de sensibilidad a la luz.
  3. Cambios frecuentes en la graduación de las gafas, que generalmente suelen provocar una "miopización" de los ojos, esto es, una mejora relativa en la visión próxima.
  4. Necesidad de luz más intensa para poder leer.
  5. Empeoramiento de la visión nocturna.
  6. Posible desdoblamiento de la imagen con un ojo.
  7. Con frecuencia existe un desvanecimiento de los colores con tendencia a amarillear.

Normalmente las cataratas no se pueden apreciar por la simple observación de los ojos sin la ayuda de instrumentos. Si se detectan la presencia de alguno de los síntomas anteriormente descritos, se debe acudir a su oftalmólogo para realizar un examen de sus ojos.


El oftalmólogo examina los ojos mediante una serie de instrumentos, para determinar el tamaño, localización y grado de evolución de sus cataratas, a la vez que analiza la posibilidad de la presencia de alguna otra alteración que pudiera dar lugar a síntomas parecidos.

La cirugía es la única manera de eliminar las cataratas. No existen, en la actualidad, medicamentos, suplementos alimenticios, ejercicios, ni dispositivos ópticos que puedan curar ó retrasar la evolución de las cataratas


El momento adecuado para realizar el tratamiento está en función de los síntomas que estas ocasionen y del grado de dureza que estén adquiriendo.


No es verdad que las cataratas deban "madurar" antes de ser operadas, ni que se tenga que esperar hasta la ceguera para poder ser operado. Gracias a las técnicas actuales, con las que se ha logrado minimizar los riesgos quirúrgicos, y al desarrollo en la implantación de "Cristalinos Artificiales" , el momento óptimo de extraer las cataratas será siempre que el paciente sienta disminuida su agudeza visual y le pueda dificultar el ejercicio de su actividad normal.


Otro factor que puede determinar la necesidad de extraer sus cataratas puede ser debido a la forma de desarrollo de estas, y a juicio de su oftalmólogo, que pudieran incrementar los riesgos quirúrgicos ó que pudieran producir efectos nocivos para su ojo (Exceso de madurez, hipertensión ocular por enfermedad del cristalino, etc.).


DESPRENDIMIENTO DE RETINA

La retina es al ojo, lo que la película a una cámara de fotos, de modo que cuando la luz enfoca sobre ella, la estimula y se forma una imagen, que es enviada al cerebro, a través del nervio óptico, donde se revela la fotografía.

El globo ocular está formado por tres capas, la más externa, la esclera que le da rigidez, es el esqueleto del globo; la capa media o capa nutricia, la coroides, que alimenta al ojo, y la capa más interna, que es la retina. En el interior del globo ocular se encuentra un gel transparente como “la clara de huevo”, llamado vítreo, unido a la retina.

Hay que distinguir en la retina dos partes fundamentales:

  1. La parte central, mácula, ojo del ojo. Nos permite la visión con mayor detalle. Se utiliza para reconocer, leer, conducir, etc.
  2. La retina periférica nos da una imagen más burda. Es la visión que tenemos cuando estamos leyendo, y entra una persona en la habitación no la vemos con detalle, no la podemos precisar. Cuando esta capa se rompe, el líquido existente en la cavidad vítrea pasa a través del agujero o rotura, acumulándose bajo la retina, separando la retina de su lecho y produciendo el desprendimiento de retina.

Se debe saber que no toda rotura o desgarro de la retina debe obligatoriamente producir desprendimiento, si es diagnosticada a tiempo y tratado adecuadamente.

Cuando por procesos atróficos o degenerativos, la retina se adelgaza y sufre tracciones del gel vítreo, se rompe, se desgarra, y sino es tratada se puede desprender.

La alteración del vítreo, motivada por cualquier causa, inflamatoria, hemorrágica, traumática, puede traccionar de la retina, romperla y desprenderla.

Como signos premonitorios habría que tener presente la aparición de:

  1. Moscas volantes
  2. Destellos luminosos

No es obligado pasar a un desprendimiento de retina, pero deben ser signos que produzcan la consulta a su especialista-oftalmólogo.

Aparece una sombra o telón, ocultando parte del campo de la visión, que puede ir aumentando hasta ocupar todo el campo visual.

Conviene diferenciar dos estadios:

  1. Roturas o agujeros. Se deben tratar inmediatamente con láser o aplicación de frío, consiguiendo una soldadura o bloqueo del desgarro.
  2. Si no se consigue la oclusión del roto o desgarro desencadenará el DR, y si se produce se debe pasar al tratamiento quirúrgico, sin demasiada demora, urgencia que vendrá dada si el desprendimiento compromete o no a la llamada retina central.

Existen dos tipos de cirugía:

  1. Cirugía extraescleral, colocación de implante fuera del ojo para facilitar el taponamiento de los desgarros
  2. Retinopexia neumática, inyección de gas dentro del ojo.

El porcentaje de reaplicación, es decir que la retina vuelva a su sitio, es del 90%, con cualquier forma elegida. Si esta recuperación no se consigue se puede volver a operar; el fallo es debido, generalmente a la formación de tejido fibroso sobre la retina, que tira de ella, y la vuelve a desprender, y la única solución para despegarla y volver a aplicarla, es eliminar el gel vítreo, ésto es lo que se conoce con el nombre de vitrectomía.

  1. Antecedentes de DR o rotura en el otro ojo
  2. Miopes
  3. Operados de cataratas
  4. Enfermedades degenerativas de la retina
  5. Traumatismos oculares
  6. Traumatismos craneales

Debe saber que cualquier persona y más si cumplen alguna premisa anterior, debe ser examinada por su oftalmólogo de manera periódica y urgentemente si nota moscas, centelleos, luces, o pérdida de campo visual.

Como toda actividad quirúrgica, el tratamiento del desgarro retiniano y/o desprendimiento tiene sus riesgos y complicaciones.

EN RELACIÓN CON LA TECNICA NECESARIA

  1. Cicatrices producidas por el frío o el láser.
  2. Modificación de la graduación.
  3. Dolor.
  4. Manchas fijas en el campo visual, escotomas.
  5. Distorsión o deformidad de la imagen, sobre todo si está afectada la retina central.
  6. Visión doble.
  7. Hemorragias aparecidas en el acto quirúrgico.
  8. Redesprendimientos, factor que empeora el pronóstico final.
  9. Infección o movilización de los materiales utilizados en la técnica extraescleral, que obliga a su retirada, una vez cumplida su misión.

De todos modos el DR es una enfermedad grave, variable, consulte con su oftalmólogo especialista.

RETINOPATÍA DIABÉTICA

Si usted tiene diabetes mellitus, su cuerpo no utiliza ni almacena el azúcar de forma apropiada, y el alto nivel de azúcar en la sangre puede dañar los vasos sanguíneos de la retina (la capa de nervios en el fondo del ojo que percibe la luz y ayuda a enviar las imágenes al cerebro). El daño a los vasos sanguíneos de la retina se conoce como retinopatía diabética.

Existen dos tipos de retinopatía diabética: la no proliferante (RDNP) y la proliferativa (RDP).

La RDNP, comunmente conocida como retinopatía de fondo, es una fase inicial de la retinopatía diabética en la que los pequeños vasos sanguíneos de la retina pierden sangre o líquido. Esta fuga de fluido provoca edema de la retina o la formación de depósitos llamados exudados.

Muchas personas con diabetes tienen RDNP leve, la que por lo general no afecta la visión. Cuando la vista se ve afectada, es como resultado de un edema macular, una isquemia macular, o ambos.

  1. Un edema macular es la inflamación o engrosamiento de la mácula, un área pequeña en el centro de la retina que nos permite ver con claridad los detalles de las cosas. La inflamación la ocasiona la fuga de fluido de los vasos sanguíneos y es la causa más común de la pérdida de la vista debido a la diabetes. La pérdida de la vista puede ser leve o grave, pero aún en los peores casos siempre se mantiene la visión periférica.
  2. Una isquemia macular ocurre cuando se cierran los vasos sanguíneos pequeños (capilares). La visión se nubla porque la mácula ya no recibe suficiente sangre para funcionar en forma apropiada.

RDP está presente cuando nuevos vasos sanguíneos anormales (neovascularización) comienzan a aumentar en la superficie de la retina o del nervio óptico. La causa principal de RDP es el cierre generalizado de los vasos sanguíneos, lo que impide un riego adecuado de sangre. La retina responde creando nuevos vasos sanguíneos.

Desafortunadamente, estos vasos no proporcionan un riego normal de sangre, y con frecuencia los acompaña un tejido fibroso que puede causar un desprendimiento o arrugamiento de la retina.

La RDP puede causar una pérdida de la vista más grave que la RDNP, ya que puede afectar tanto la visión central como la periférica.

La RDP produce pérdida de la vista en las siguientes formas:

  1. Hemorragia de vítreo: Los nuevos vasos sanguíneos son frágiles y pueden sangrar dentro del vítreo (sustancia transparente y gelatinosa que llena el centro del ojo). Si la hemorragia es pequeña, es posible que la persona vea solamente unas pocas manchas oscuras flotando. Una hemorragia muy grande puede bloquear la visión totalmente.Pueden pasar varios días, meses o incluso años para que la sangre sea reabsorbida, según la cantidad de la misma. Si el ojo no se deshace de la sangre en un período de tiempo razonable, es posible que se recomiende una “vitrectomía” (cirugía). La hemorragia de por sí no causa la pérdida de la vista. Cuando la sangre desaparece, la agudeza visual puede volver a su estado anterior si la mácula no está dañada.
  2. Desprendimiento de la retina por tracción: Cuando existe RDP, el tejido fibroso asociado con la neovascularización puede encogerse, arrugando así la retina y sacándola de su posición normal. El arrugamiento macular puede producir distorsión visual. Si la mácula o un área grande de la retina se desprende, puede producirse una pérdida de la vista más grave.
  3. Glaucoma neovascular: A veces, el cierre extenso de los vasos sanguíneos en la retina produce un crecimiento de vasos sanguíneos anormales en el iris(la parte coloreada del ojo) que bloquea el paso normal y constante del humor acuoso fuera del ojo. La presión en el ojo aumenta y resulta el glaucoma neovascular, una enfermedad grave que produce daños al nervio óptico.

Un examen médico es el único medio para detectar cambios dentro de los ojos. Con frecuencia, un oftalmólogo puede diagnosticar y tratar la retinopatía grave antes de que se manifieste un problema en la vista. El oftalmólogo dilata las pupilas y mira dentro del ojo con un oftalmoscopio.

Si su oftalmólogo detecta retinopatía diabética, es posible que, para decidir si usted necesita tratamiento, pida fotografías a color de la retina o una prueba especial llamada angiografía de fluoresceína. En esta prueba, se inyecta un tinte en el brazo y se toman fotos del ojo para detectar dónde se encuentra la salida de fluido.

El mejor tratamiento es hacer lo posible por prevenir el desarrollo de la retinopatía. Un estricto control del azúcar en la sangre reducirá de forma significativa el riesgo a largo plazo de perder la vista debido a la retinopatía diabética. Si existen problemas de hipertensión sanguínea y de riñón, estos deberán ser tratados.

  1. Cirugía con rayos láser: Se recomienda en muchos casos para las personas con edema macular, RDP y glaucoma neovascular.Para el edema macular, el rayo láser se centra en la retina dañada, cerca de la mácula, para disminuir la salida del fluido. El propósito principal es evitar mayor pérdida de la vista. No es común que las personas con vista borrosa causada por edema macular recobren la visión, pero algunos experimentan una mejora parcial. Después del tratamiento, algunos pueden ver los puntos de rayos láser cerca del centro de su campo de visión. Estos puntos generalmente se atenúan con el tiempo, pero puede que no desaparezcan.

    Para la RDP, el rayo láser se centra en todas las partes de la retina con excepción de la mácula. Este tratamiento de fotocoagulación panretiniana encoge los nuevos vasos sanguíneos anormales y con frecuencia evita su crecimiento en el futuro. También disminuye la posibilidad de hemorragia o distorsión de la retina.

    A veces es necesario realizar múltiples tratamientos con rayos láser a lo largo del tiempo. Los rayos láser no curan la retinopatía diabética y no siempre evitan una mayor pérdida de la vista.

  2. Vitrectomía: El oftalmólogo puede recomendar una vitrectomía en caso de una RDP en estado avanzado. Durante esta intervención microquirúrgica realizada en una sala de operaciones, se quita el vítreo lleno de sangre y se reemplaza con una solución transparente. Es posible que el oftalmólogo espere varios meses o hasta un año para ver si la sangre desaparece por sí sola antes de hacer una vitrectomía. A menudo, la vitrectomía evita mayor pérdida de sangre, removiendo los vasos anormales que las causan. Si la retina se ha desprendido, ésta puede repararse durante la vitrectomía. Por lo general, la cirugía deberá realizarse pronto, ya que la distorsión macular o el desprendimiento de retina por tracción producirá la pérdida permanente de la vista. Cuanto más tiempo lleve la mácula deformada o fuera de lugar, más grave será la pérdida de la vista.

Si usted padece de diabetes, es importante que sepa que hoy en día, con mejores métodos de diagnosis y tratamiento, sólo un pequeño porcentaje de personas que desarrollan retinopatía tienen problemas graves de visión. La detección temprana es la mejor protección contra la pérdida de la visión.

Usted puede reducir significativamente el riesgo de perder la visión manteniendo un control estricto del nivel de azúcar en la sangre y haciéndose una revisión médica con regularidad.

Las personas con diabetes deben hacerse una revisión médica por lo menos una vez al año. Es posible que se necesite un examen médico de los ojos con más frecuencia después del diagnóstico de retinopatía diabética.

Las mujeres embarazadas que padecen de diabetes deberán hacerse una revisión médica en el primer trimestre del embarazo, ya que la retinopatía puede progresar rápidamente durante el mismo.

Si necesita un examen de la vista para anteojos, es importante que su nivel de azúcar en la sangre esté bajo control durante varios días antes de ver al oftalmólogo. Los anteojos que funcionan bien cuando el nivel del azúcar en la sangre está fuera de control no serán apropiados cuando el azúcar se estabilice.

Los cambios rápidos en el nivel de azúcar en la sangre pueden causar fluctuaciones en la visión en ambos ojos, incluso cuando no hay retinopatía.

Hágase ver los ojos inmediatamente si nota cambios en la vista que:

  1. Afecten sólo a un ojo
  2. Duren más de unos cuantos días
  3. No estén asociados con un cambio en el nivel de azúcar en la sangre

Cuando se diagnostique diabetes por primera vez, se recomienda un examen antes de que pasen:

  1. 5 años, si usted es menor de 30 años
  2. Varios meses, si usted es mayor de 30 años
DEGENERACION MACULAR ASOCIADA A LA EDAD

La degeneración macular es una lesión o descomposición de la mácula. La mácula es una pequeña zona de la retina situada en la parte posterior del ojo, que le permite ver detalles finos con claridad y realizar actividades tales como leer o conducir un vehículo. Cuando la mácula no funciona correctamente, su visión central puede verse afectada por la formación de imágenes borrosas, con áreas oscuras o deformadas. La degeneración macular afecta su capacidad de ver objetos cercanos y lejanos. Puede hacer que algunas actividades (como enhebrar una aguja o leer) sean difíciles o imposibles.

Si bien la degeneración macular reduce la visión de la parte central de la retina, no afecta la visión lateral o periférica del ojo. Por ejemplo, usted puede ver el contorno del reloj, pero no puede precisar qué hora es.

La degeneración macular por si sola no conduce a la ceguera total. Aún en los casos más avanzados, las personas continúan teniendo alguna visión útil y frecuentemente pueden cuidar de sí mismas. En muchos casos, el impacto de la degeneración macular en la visión puede ser mínimo.

Muchas personas mayores desarrollan degeneración macular como parte del proceso de envejecimiento natural del organismo. Existen diferentes clases de problemas maculares, pero el más común es la DMAE. Se desconoce la causa precisa por la cual se desarrolla. Ningún tratamiento ha sido eficaz en forma constante. La degeneración macular es la causa principal de pérdida severa de la visión en personas mayores de 65 años. Los dos tipos de DMAE, son:

  1. Seca (atrófica)
  2. Húmeda (exudativa)

DEGENERACIÓN MACULAR “SECA” (ATRÓFICA)

La mayoría de las personas presentan la forma “seca” de la DMAE. Es provocada por el avance de la edad y por el adelgazamiento de los tejidos de la mácula. Habitualmente, la pérdida de la visión es gradual.


DEGENERACIÓN MACULAR “HÚMEDA” (EXUDATIVA)

La forma “húmeda” de la DMAE cubre aproximadamente el 10% de todos los casos. Se produce cuando se forman vasos sanguíneos anormales por debajo de la retina, en la parte posterior del ojo. Estos nuevos vasos sanguíneos permiten la filtración de líquido o sangre y producen una visión central borrosa. La pérdida de la visión puede ser rápida y severa.

La degeneración macular puede causar diferentes síntomas en distintas personas. Esta afección puede ser prácticamente imperceptible en sus comienzos. A veces sólo uno de los ojos pierde la visión, mientras el otro continúa viendo bien durante muchos años.

Pero cuando afecta a ambos ojos, la pérdida de la visión central puede percibirse más rápidamente. A continuación se enumeran varias formas en que se detecta la pérdida de la visión:

  1. Las palabras escritas en una página aparecen borrosas.
  2. Aparece un área oscura o vacía en el centro de la visión.
  3. Las líneas rectas aparecen deformadas como el diagrama que sigue a continuación.

Muchas personas no perciben la afección macular hasta que la visión borrosa se torna obvia. Su oftalmólogo(médico de los ojos) puede detectar DMAE en sus etapas iniciales, durante un examen ocular que incluya lo siguiente:

  1. Una simple prueba de la visión en la cual usted mira una gráfica que se parece al papel cuadriculado (cuadrícula de Amsler).
  2. Observando la mácula con un oftalmoscopio.
  3. En ocasiones se toman fotografías especiales del ojo con fluoresceína llamadas angiogramas, con el fin de encontrar vasos sanguíneos anormales detrás de la retina. Se inyecta fluoresceína en una vena del brazo y luego se fotografía el ojo cuando el colorante pasa a través de los vasos sanguíneos de la parte posterior del ojo.

Los depósitos que se concentran por debajo de la retina, llamados “drusas”, son una causa común de DMAE. Estos depósitos no causan pérdida de la visión por sí solos, pero su incremento en número puede ser una indicación de riesgo de desarrollar DMAE avanzada. Las personas con riesgo de desarrollar DMAE avanzada tienen una cantidad significativa de “drusas”, DMAE seca prominente o vasos sanguíneos anormales detrás de la mácula en un ojo (DMAE húmeda).

SUPLEMENTOS NUTRITIVOS

Aunque las causas precisas de DMAE no son completamente conocidas, el uso de vitaminas antioxidantes y cinc pueden reducir el impacto de DMAE en algunas personas.

Un extenso estudio científico ha determinado que las personas con riesgo de desarrollas estados avanzados de DMAE, pueden reducir dicho riesgo en un 25% a través de un tratamiento que combina vitamina C, vitamina E, beta carotina y cinc. Estos suplementos nutritivos aparentan no proveer beneficios entre personas sin DMAE, o en etapas tempranas de desarrollo de DMAE.

Es muy importante recordar que los suplementos vitamínicos no son una cura para la DMAE, ni tampoco restaurarán la visión que ya se ha perdido debido a la enfermedad. Sin embargo, cantidades específicas de estos suplementos juegan un papel importante de ayuda para mantener la visión entre personas con alto riesgo de desarrollar DMAE avanzada. Usted debe hablar con su oftalmólogo para determinar si está en riesgo de desarrollar DMAE avanzada, y para saber si los suplementos vitamínicos son recomendables.


CIRUGÍA CON LÁSER Y TERAPIA FOTODINÁMICA

Ciertos tipos de DMAE “húmeda” pueden ser tratados mediante cirugía con láser, un procedimiento breve y ambulatorio. La cirugía con láser y otra forma de tratamiento llamada terapia fotodinámica, usa un rayo de luz enfocado para hacer más lenta, o detener la salida de líquido de los vasos sanguíneos que dañan la mácula. Estos procedimientos pueden ayudar a preservar más la visión, pero no son curas que puedan restablecer la visión normal.

A pesar de los avances del tratamiento médico, muchas personas con DMAE aún experimentan alguna pérdida de la visión.

Para ayudarle a adaptarse a niveles de visión más bajos, su oftalmólogo puede prescribirle aparatos ópticos, enviarlo a un especialista o a un centro para pacientes con visión reducida. También se dispone de una amplia gama de servicios de apoyo y de programas de rehabilitación que ayudan a las personas con DMAE a mantener un estilo de vida satisfactorio.

Debido a que habitualmente la visión lateral no está afectada, la visión que el paciente aún posee es muy útil. Con frecuencia, las personas continúan realizando muchas de sus actividades favoritas mediante el uso de aparatos ópticos tales como lupas, circuitos cerrados de televisión, materiales de lectura escritos en letra grande y aparatos computarizados de voz.

AMBLIOPÍA
OJO VAGO

La ambliopía, “un ojo vago”, consiste en la pérdida parcial, mayor o menor, de la visión de un ojo, siendo generalmente monocular.


Puede ser, con menos frecuencia, bilateral, por existir defectos importantes de refracción en ambos ojos, especialmente astigmatismos severos, y también por una serie de cuadros que cursan con “temblor”, movimientos oculares involuntarios, llamado “nistagmus”.

MOSCAS VOLANTES

En ocasiones, es posible que usted vea pequeños puntos o nubes que se mueven en su campo visual. Se les denomina “moscas volantes” o “manchas flotantes”. Suelen observarse al mirar un fondo simple, tal como una pared o el cielo azul.


Las “manchas flotantes” son trozos diminutos de la sustancia gelatinosa o de las células del humor vítreo, el líquido transparente y gelatinoso que llena la cámara interior del ojo.


Aunque estos objetos parecen estar frente al ojo, en realidad flotan en su interior. Lo que usted ve son las sombras que proyectan sobre la retina, la capa o membrana interior que cubre el fondo del ojo y recibe la luz, permitiendo que usted vea.


Las manchas flotantes pueden aparecer en formas diferentes tales como puntos, círculos, líneas, nubes o telarañas.

El desprendimiento vítreo posterior es más común entre las personas que:

  1. Son miopes
  2. Han sido operadas de cataratas
  3. Se han sometido a cirugía YAG láser en el ojo
  4. Padecen de inflamación en el interior del ojo

La aparición de manchas flotantes puede causar gran preocupación, cuando es súbita. Si repentinamente desarrolla manchas flotantes, debe consultar de inmediato a su oftalmólogo, especialmente si usted es mayor de 45 años de edad.

Cuando la gelatina vítrea se encoge y se separa de la pared del ojo, la retina puede desgarrarse. Esto puede ocasionar una pequeña hemorragia en el ojo, lo que puede aparecer como un nuevo grupo de cuerpos flotantes.

Un desgarre en la retina es un problema serio ya que puede convertirse en un desprendimiento de esta. Le recomendamos que consulte de inmediato a su oftalmólogo si:

  1. Repentinamente aparece una nueva mancha flotante, incluso si se trata de una sola.
  2. Repentinamente ve centelleos de luz

Si se percata de otros síntomas, tal como la pérdida de la visión lateral, vuelva a consultar a su oftalmólogo.

Los flotadores pueden ser un síntoma de desgarramiento de la retina, que puede ser un problema serio. Si el desgarramiento retinal no es tratado, la retina puede desprenderse de la parte posterior del ojo. El único tratamiento para el desprendimiento de la retina es la cirugía.

Otras manchas flotantes son inofensivas y desaparecen con el tiempo, o se hacen menos incómodas haciendo que el tratamiento no sea necesario.

Bien sea que las tenga por años, o no, usted debe visitar a su oftalmólogo para un examen si nota la presencia de nuevas manchas flotantes.

Cuando el humor vítreo roza la retina o tira de ella, usted puede ver algo similar a centelleos o rayitos de luz. Quizás ya haya experimentado esta sensación si alguna vez recibió un golpe en el ojo y “vió estrellas”.

Los centelleos pueden aparecer y desaparecer durante varias semanas o meses. A medida que envejecemos, son aún más comunes. Si percibe centelleos de luz repentinamente, debe consultar inmediatamente a su oftalmólogo para ver si la retina ha sufrido un desgarre.

Algunas personas experimentan centelleos de luz en ambos ojos con una apariencia de líneas dentadas o de “ondas de calor” que pueden durar de 10 a 20 minutos. Esto se debe generalmente a un espasmo en los vasos sanguíneos del cerebro, lo que se conoce como migraña.

Si los centelleos van seguidos de dolor de cabeza, se denominan migrañas cefálicas. Sin embargo, estas líneas dentadas u “ondas de calor” pueden presentarse sin dolor de cabeza. En tal caso, los centelleos se denominan migrañas oftálmicas o migrañas sin dolor de cabeza.

Cuando un oftalmólogo le examina los ojos, las pupilas son dilatadas usando gotas en los ojos. Durante este reconocimiento indoloro, su oftalmólogo observará cuidadosamente las áreas del ojo, incluyendo la retina y el vítreo. Debido a que sus ojos han sido dilatados, es posible que necesite que alguna persona lo lleve a casa después del examen.

Las manchas flotantes y los centelleos de luz se vuelven más frecuentes a medida que envejecemos. Aunque no todos son graves, siempre deberá someterse a un examen médico de los ojos efectuado por un oftalmólogo a fin de asegurarse de que no haya daño alguno en la retina.


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